Docentes ocuparon Liceo 10 en el marco de movilizaciones estudiantiles y sindicales

En la jornada de ayer, martes 30, docentes ocuparon Liceo 10 de Malvín en el marco de movilizaciones estudiantiles y sindicales que reclaman, entre otras cosas, mayor presupuesto para la educación tras un ajuste de más de 80 millones de dólares por parte del gobierno
En un contexto complejo que está viviendo la educación pública debido a recortes presupuestales importantes, a una persecución sindical más que evidente con denuncias a referentes, con pérdida salarial en un año de mucha inflación, disminución de grupos y cierres de turnos programados para el año que viene, la última asamblea de ADES Montevideo resolvió llevar adelante un paro de 24 horas en el día de ayer, con la ocupación de un liceo por cada zonal de la capital. Siete centros educativos de Montevideo fueron ocupados. En ese marco docentes ocuparon Liceo 10 de Malvín.
Sin dudas que el tema de la educación continúa en extrema tensión. Hace ya un año compartíamos una entrevista al Profesor Rafael Suárez bajo el título: «Nuestro sistema educativo es funcional a la insatisfacción», donde opinaba que el destino de nuestros niños y adolescentes más que solucionarse parecía agravarse.
Y unos días después el profesor Suárez escribía un artículo sobre los objetivos que estaban detrás de la llamada transformación educativa. Allí expresaba que se estaba ante un nuevo disciplinamiento al estilo vareliano. «Tomando en cuenta que se intentan desarrollar competencias emprendedoras en diálogo con el sector privado, adaptándonos a los ritmos de cada alumno rebajando los contenidos curriculares, y para que las mediciones internacionales (PISA) cambien, oportunidades en la vida significa o podría significar «domesticar el alma de nuestros niños y jóvenes para que se adapten al nuevo mercado laboral que presenta distintas demandas que el actual sistema educativo no contempla».
Lo que resulta evidente es que el modelo educativo impulsado por el gobierno y la coalición multicolor (la cual no es hegemónica en el tema), se coloca frente a un abismo en tres ejes fundamentales.
El primer eje es el presupuestal. Con el recorte de más de 80 millones de dólares ya asimilado, estamos en presencia clara de un deterioro mayor en materia educativa. Se ve reflejado en pérdida salarial, disminución de grupos, falta de adscriptos, hacinamiento de estudiantes con clases de 40, falta de equipos multidisciplinarios, principalmente en bachillerato, y por supuesto mayor escasez de recursos didácticos.
El segundo eje tiene que ver con el rumbo que desea tomar el gobierno impulsando una reforma basada en competencias y no en contenidos. Ya se anuncia, por ejemplo, que las autoridades educativas se encaminan a eliminar la repetición en todos los niveles, al estilo de la reforma planteada por Rama en 1996. Este modelo genera mayores asimetrías entre los estudiantes y un peso cognitivo menor a la hora del aprendizaje. Ya lo vivimos en 1996 y por algo se descartó. Los docentes se oponen radicalmente. En ese sentido las ATD liceales han manifestado sus críticas y las mismas han sido desoídas por las autoridades.
El tercer eje tiene que ver con lo último que señalábamos. El gobierno pretende imponer una reforma en base a competencias a pesar de que los docentes y los estudiantes se oponen. El hecho en sí es extremadamente grave. El gobierno plantea el argumento que la mayoría de la población uruguaya apoyó este formato al votar a la coalición multicolor. Seamos francos. Solamente el 3 % de los uruguayos leyó los programas de los partidos políticos. ¿La población en general tiene la información plena de lo que significa aprender en base a competencias? ¿La población en general hubiera estado de acuerdo en disminuir el presupuesto en materia educativa en más de 80 millones de dólares, superpoblar grupos, y contar con menos equipos multidisciplinarios? Seguramente la mayoría de la población sensata no estaría de acuerdo con esto, ya que sus hijos se verían afectados muy negativamente.
El gobierno, como se vio previamente en la campaña electoral, intenta colocar la pelota en que la educación no puede estar en manos de los sindicatos y que éstos son los responsables del declive. Como se ha hecho anteriormente se deposita en quienes llevan adelante el acto educativo la responsabilidad de frenar el impulso reformador del gobierno. Se demoniza a los sindicatos docentes del deterioro educativo. Justamente el enfoque es el contrario. Si los docentes no llevaran a cabo su trabajo con el compromiso pedagógico con el que lo llevan, los números y estadísticas que tanto asustan al gobierno tendrían indicadores muy por debajo de los actuales. Son los docentes quienes sostienen el poco nivel educativo que aún permanece en las aulas uruguayas. El camino de criticarlos y responsabilizarlos solamente coloca al gobierno en una encrucijada mortal. Pretende dañar la imagen docente frente a la población y responsabilizarla del freno pero se olvida que sin ellos no hay ningún camino posible.
Adjuntamos el comunicado de los docentes del Liceo 10 y del Zonal Este.
