Historias de Sicarios en Uruguay de Gustavo Leal

En nuestra sección de libros recomendados hoy les presentamos Historias de Sicarios en Uruguay de Gustavo Leal, en el medio de una ola de homicidios que está conmoviendo a los uruguayos. ¿Hubo un asesino viviendo en Malvín?
La situación en el país respecto a los homicidios se agravó en los últimos 10 días, período en el que se han hallado 14 cuerpos. Los cuatro últimos, entre el martes y el miércoles, en el barrio montevideano de Peñarol. Tres de los cadáveres estaban calcinados y uno de ellos también desmembrado; un nivel de violencia desconocido en nuestro país. Por ese motivo nos pareció apropiado compartir nuestra reseña del libro Historias de Sicarios en Uruguay, escrito por el sociólogo Gustavo Leal y quien integrara el Ministerio del Interior durante el gobierno del Frente Amplio.
El libro aborda episodios de sangre -y confesiones increíbles de los autores intelectuales y de los ejecutores- ocurridos en el Uruguay del siglo XXI.
En este momento de asombro que estamos viviendo por un número poco creíble de ajustes de cuentas el libro «ilumina sobre lo peor de la sociedad, pero que también intenta dar pistas para entender a sus protagonistas sin que eso implique justificar, aceptar o defender las atrocidades que cometieron».
El autor, Gustavo Leal, entrevista a sicarios y autores intelectuales de homicidios. El texto estremece y genera estupor ante las diferentes situaciones narradas y también frente a las declaraciones de los protagonistas.
Para Leal «la existencia del sicariato como fenómeno criminal pone en tela de juicio el monopolio del Estado en el uso de la fuerza y a su vez ignora al sistema penal al instalar una justicia alterna, informal y mercantilizada impuesta por la voluntad del contratante». En ese sentido señala que «la lógica del justiciero evita la mediación institucional en los conflictos y asume un atajo estructurado en torno a la violencia orientada al exterminio del otro».
En el libro se nombran tres tipos de sicariato:
- «Sicariato emotivo». Donde priman impulsos de venganza, miedo, resentimiento y odio.
- «Sicariato didáctico». Leal indica que en este nivel se asesina para dar un escarmiento o un aviso.
- «Sicariato transformativo». Se trata de un crimen que altera el panorama político, jurídico y económico de un país. Pensemos por ejemplo lo que ocurrió con el fiscal paraguayo hace pocos días o el impacto de la muerte del fiscal Nisman en Argentina.
Por otra parte Gustavo Leal también hace referencia al vínculo entre el sicario y el psicópata, propio de los asesinos seriales como vimos en un artículo anterior, que está bien explicado en el libro.
Historias de Sicarios en Uruguay recoge los acontecimientos y entrevistas de determinados momentos que resultaron impactante, como cuando un hincha de Peñarol comenzó a disparar en un festejo de la parcialidad tricolor en pleno 18 de Julio, muy bien narrado y explicado en el texto.
Más allá de entrar en los detalles de los acontecimientos y en los fundamentos de los protagonistas, el libro ilumina en nuestras peores sombras como sociedad, y nos ayuda a comprender un fenómeno tan voraz como macabro.
¿Un asesino en Malvín?
El libro hace referencia al homicidio de Javier Francisco De María Borques, de 44 años de edad, perpetrado por el sicario Leonardo David Almeida González de 29 años, e ideado por Miguel Rodolfo de María Borques de 47 años.
El miércoles 30 de enero de 2019 en el barrio La Blanqueada mientras Javier se baja del auto para entrar su auto al estacionamiento de su edificio, Leonardo «se acerca de forma sigilosa y le dispara tres veces a quemarropa. Un tiro le da en la cabeza, el otro en el pecho y tercero impacta en el cordón».
Ese plan comenzó a idearse en Malvín desde setiembre del 2018, más precisamente en un apartamento ubicado en la Rambla y Michigan, donde residía Miguel, el hermano mayor de la víctima y el autor intelectual del homicidio.
Así lo cuenta Miguel, mencionando el vínculo generado con el sicario: «Un día él me invitó a un cumpleaños de una sobrina en Bella Italia y yo fui. Era todo muy familiar. Nos vimos muchas veces en diversas circunstancias y él iba a mi apartamento en la rambla de Malvín. Nos hicimos amigos. En varias ocasiones trajo mujeres que eran prostitutas a mi apartamento…».