Marcelo Capalbo: entrevista a un emblema del deporte uruguayo

Marcelo Capalbo: entrevista a un emblema del deporte uruguayo
Marcelo Capalbo: entrevista a un emblema del deporte uruguayo

Marcelo Capalbo cambió el rumbo del básquetbol uruguayo. El jugador que desplegó su talento en la cancha abierta de Malvín llevó su magia a diversas instituciones de Uruguay y del mundo. Hoy nos sigue regalando su experticia siendo responsable de las formativas de la selección nacional

Marcelo Capalbo nació el 23 de setiembre de 1970. Se venían años duros para el país pero desde niño pensaba en la pelota, hasta dormía con ella en su cuarto del apartamento ubicado en Legrand, a menos de una cuadra del Club Malvín.

Sus padres, Eduardo y Susana, como su hermana, María Laura, padecieron las torturas que le provocaba la pelota a la pared del apartamento. Marcelo se había enamorado del básquetbol y en la vieja cancha abierta de Malvín comenzó a recorrer un camino desde los 5 años que lo llevó a lo más alto de nuestro deporte.

Fue socio del Club Malvín al año y medio de haber nacido. Su número fue el 529. Jugó en las distintas categorías del Playero hasta que debutó en Primera a los 17 años en el Federal de 1987. En Uruguay salió cinco veces campeón defendiendo a Hebraica Macabi, Welcome y Defensor Sporting. Además jugó en Grecia, España, Italia, Argentina y Chile.

Con la selección nacional debutó en 1991 de la mano de otro malvinense, Javier Espíndola. Fue campeón con Uruguay en tres sudamericanos y además fue considerado el mejor jugador de América en 1995.

Sus pergaminos son extensos, como también toda su carrera. Su última Liga fue en el 2006 defendiendo al conjunto de Soriano. De allí en más su camino es el de entrenador de básquetbol.

Marcelo Capalbo en la Escuela Experimental en 1980. ¿Lo ubicás en la foto?
Marcelo Capalbo en la Escuela Experimental en 1980. ¿Lo ubicás en la foto?

¿Cuáles son los cinco lugares que más te gustan de Malvín?

La esquina de casa de mis padres, Legrand y Retamosa. Orinoco y Michigan, el antiguo Michigan. La playa Brava. La rambla. La Escuela Experimental y la placita del club.

Sos un hombre identificado con el barrio, ¿qué recuerdos tenés de niño?


Los mejores, en el barrio hice todo, crecí, me reí, lloré, conocí a mis amigos, construí una familia. El barrio de Malvín era casi un casa grande, caminábamos y jugábamos en el barrio a lo que fuera sin ningún problema.

Noches de veranos caminando descalzo del club al Michi con las alpargatas en el bolsillo de atrás. Dos mil horas de domas en el San Lorenzo, ese aro del barrio donde todos los cracks les tocó esperar e irse a bañar a la playa para remojar la bronca por haber perdido la doma.
La escuela y el club fueron las cosas mas lindas de mi niñez y juventud.

¿Estuviste jugando en el exterior, qué extrañabas del barrio?

Lo que más extrañaba era la convivencia del barrio, aquello de ir por sus calles y saludar a todos. Extrañé siempre los olores ¡el olor a mar o a tierra mojada antes de la lluvia!

¿Qué representa para vos el Club Malvín?


El lugar dónde crecí y me formé, donde aprendí valores que me enseñaron grandes personas que hacían al club y que los llevo hasta el día de hoy grabados a fuego. ¡Durante muchos años fue mi segundo hogar!

Ahí aprendí a entender al otro, a respetar, a ganar y perder, a no tener rencor y a ¡volver a empezar!

Malvín fue muy importante en momentos de vida y soy agradecido a esos momentos. ¡Traté de devolver siempre haciendo notar donde me formé!

Es muy difícil pensar en mi juventud sin pensar en las canchas abiertas y tirando a la luz de la luna!

Marcelo Capalbo: formativas del Club Malvín. Sus orígenes
Marcelo Capalbo: formativas del Club Malvín. Sus orígenes. ¿Dónde está en la foto?

¿Te acordás el día de tu debut?

Sí, como si fuera hoy. En la cancha de Atenas. Erré una bandeja, pero poco me importó, ¡había debutado en el club que era hincha y me había formado! Al otro día el diario decía Copalba (en lugar de Capalbo); ¡muchos en el club hasta hoy me dicen así!

Volviendo al tema del barrio, ¿existe una identidad malvinense? ¿Cuál sería?


Creo que la cercanía al mar hace que la gente viva de otra manera. En octubre están todos bronceados y eso influye en los estados de ánimo. Por algo es el único barrio que tiene una playa con su nombre, pero sobre todo por un perfil de gente que construyó un barrio arriba de la arena. Hubo años que Malvín era como un gran familia, la identidad al barrio no la daba ningún triunfo deportivo sino el orgullo a pertenecer y en tiempos históricos muy difíciles Malvín siempre estuvo a la altura.

Nombrános cinco personajes o referentes de Malvín que te hayan marcado en algún momento.

El Negro Ricardo Larraura
Carlitos Graña
Javier Espíndola
Alfredo Venditto me hacía reír mucho
Pepe Luis García
El Gallego Palante, Ismael Suárez

Todos me dieron algo en lugares distintos.

¿Y cinco amigos del barrio?


¡Si nombro 5 se van poner celosos!

Juan Pablo Serdio

Pablo Vignola

Marcelo y Horacio Martínez
Seba Bonino
Mariano Pratto
Elio Sotolano
Ernesto «Pana» Ramírez
German Cabrera
Javier Todeschini
Leo Tonna
Marcel Tejería

¡Por suerte la lista es la larga!

Marcelo Capalbo y su familia

Volviendo al tema del básquetbol. Todos coinciden que cambiaste la dinámica de este deporte en Uruguay. Qué sentís que le aportaste como jugador al basquet uruguayo?

Bueno, creo que el ritmo no lo cambié solo, se fue dando. Al principio en Malvín y después en la selección, ¡pero eso es parte de un colectivo!

Creo que lo que más aportamos fue la forma cómo hicimos todo un camino, muy profesional, respetando la profesión. ¡Eso me dejó un reconocimiento enorme de mucha gente que lo guardo con mucho cariño!

Hubo un momento que la gente me identificó muchísimo y eso no es fácil, la gente percibe muchísimo qué clase de profesional es uno. ¡Nunca imaginé que la camiseta de Uruguay me diera ese lugar en la gente!

Pero no todo fue color de rosas, mi idea del profesionalismo y a dónde quería llegar me llevó a recibir críticas de gente anclada en el tiempo, como en toda actividad de rendimiento. ¡Eso cuenta y por suerte las cosas salieron bien!

¡Poder haber construido una identidad no es poca cosa!

En la actualidad sos entrenador. Ves el basquet de la misma forma?

Por supuesto, el básquet desde chico traté de verlo más en lo que iba a pasar que en lo que pasa, y así lo enseño. Trato de alimentar sueños de chicos y que sepan que no es tan bravo encontrarlo si se dedican en todos los sentidos. Sobretodo en lo humano, lejos está este deporte de solo ser una actividad física o técnica, ¡es 100 % emocional y humana!

Cuanto más alto es el nivel más humano el trato, sin dudas.

Pero aclaro, hoy mi función es ser entrenador, pero nunca, nunca, voy a dejar de ser jugador! Y acá me pasa lo mismo que cuando me decían que no corriera, ¡me encanta romper paradigmas!

¿Qué diferencias existen entre dirigir la selección uruguaya y un club?

La camiseta de la selección fue la camiseta que más años usé en mi vida, es un lugar único y para no tantos, un privilegio enorme. Estar ahí también te da una responsabilidad muy grande en todo sentido!

No es lo mismo jugar o dirigir en forma doméstica que internacional, deportivamente cambia muchísimo en todos los sentidos, pero también lo que cambia es que estás representando a mucho más que un club, y eso es muy motivador.

Marcelo Capalbo con Juan Manuel Moltedo, dos jugadores notables de la cantera de Malvín que supieron ser formados por la leyenda de Enrique Parrella

¿Cuál sería para vos la selección histórica de Uruguay? Es decir, los 5 mejores jugadores que formarían tu equipo?

Pierri
Szczygielski
Moglia
Mazzarino
Juan Moltedo

¡Con esos cinco voy con el que sea!

¿Un entrenador uruguayo que te haya marcado?

Javier Espíndola y Enrique Parrella sin ninguna duda

¿Un dirigente?

Leonardo rey

Lucas y Marcelo Capalbo. Lucas también fue formado en Malvín y en la actualidad integra el plantel principal


¿Qué sentís al ver a tu hijo en la cancha?

Para mí es una gran alegría porque es su elección y veo que es feliz con lo que hace. Eso como padre es el gran desafío, ver a sus hijos felices. Verlo jugar en el club que yo me formé también me transporta a lindos momentos de mis primeros años en este deporte. ¡Y ojalá que tenga la oportunidad que yo no tuve de pelear lindas cosas con la camiseta de Malvín!

¿Qué consejo le darías a los padres cuyos hijos eligen este deporte?

Solo diría que no deberían colocar sus expectativas en sus hijos. Este camino no es fácil, y cada vez es más difícil. En lo posible poder ayudar en que dispongan de las condiciones para su desarrollo, en todo sentido, ¡humano, académico y deportivo!

¡El resto lo tendrán que ganar ellos!

Siempre has tenido posición política y social, ¿cómo ves al Uruguay hoy?

Bueno, lamentablemente estamos viviendo algo muy complejo que ha acentuado una brecha social cada vez mas grande. Me preocupa muchísimo los valores sociales y la forma de cómo se consiguen los objetivos, y a qué precio.

Muchas gracias Marcelo Capalbo por tu tiempo y por tus palabras!!! Preciosa entrevista!!!

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