Mina La Oriental: la inédita experiencia de adentrarse en la piedra

Tras varias semanas subiendo cerros, en esta oportunidad nos sumergimos en un mundo totalmente nuevo y subterráneo. Conocimos la Mina La Oriental en el límite de Maldonado y Lavalleja, entre murciélagos y sulfato de cobre, vivimos una experiencia inédita
La Mina La Oriental es un paseo totalmente diferente y único al menos en el sur del país. En nuestro caso fue la primera vez que nos adentramos 322 metros en la piedra y comprendimos la maravilla oculta de un parque geominero que resultó totalmente cautivante.
El sábado 23 de octubre la mina volvió abrirse al público (la primera vez fue en el 2009) y por coincidencia nuestro portal estuvo presente. Anteriormente la orientación y recorrido del yacimiento estaba a cargo de Lilián, cuya familia tiene un vínculo histórico con el lugar. Su padre trabajó en la mina. Lamentablemente Lilián falleció y allí se creó un vacío de tiempo en las visitas que se rompió este sábado.
A cargo de su hija Maica, con un equipo muy humano y comprometido con el lugar, las puertas de la Mina La Oriental volvieron a abrirse en un abanico de emociones emergentes y espacios ocultos de nuestro país.

Dónde está ubicada la Mina La Oriental?
La mina está ubicada casi en el límite entre Maldonado y Lavalleja. Si uno coloca el GPS puede dar lugar a errores.
Por ese motivo les dejamos el enlace exacto de la portera.
https://maps.app.goo.gl/M2Hh8hRM9ttVcnH8A
Se accede a ella por la hermosa Ruta 60, ya sea desde Minas o por supuesto desde Pan de Azúcar.
Es importante aclarar que es una propiedad privada y se necesita agendarse para poder concurrir. El celular de contacto es el siguiente: 095 861 987.
El valor del ingreso es de 1000 pesos por persona.

Nuestra experiencia al visitar la Mina La Oriental
El día de la reinauguración fue el sábado 23 de octubre. El horario de la visita al geoparque minero estaba establecido entre las 15 y 18 horas. Fuimos parte de un grupo de 12 personas aproximadamente (en lo que se denomina turismo no invasivo), dos de ellas europeas, una pareja rochense y del resto no sabemos.
La mina está ubicada varios quilómetros lejos de la ruta. Se estima que entre la ruta y la mina hay unos 20 minutos. Así que cerca de las 14:20 llegamos a la primera portera, la que se ve en la foto.
En total son 4 porteras que hay que pasar para llegar al establecimiento de la mina. El paisaje, como todo el territorio cercano a las sierras, es precioso y muy disfrutable.

Llegamos al lugar y a las 15 en punto el grupo responsable del geoparque minero comenzó a presentarse y a contar la historia del lugar y sus actividades.
La Mina según nos informaron comenzó sus primeros pasos hacia el año 1754. Tengamos como referencia que la ciudad de Montevideo fue fundada en 1724 (falta poco para los 300 años).
En ese entonces el sistema económico predominante en Europa era el Mercantilismo, donde la riqueza de cada nación dependía de la cantidad de oro y plata que poseyera. Es así que España se maravilló con la conquista de América y se convirtió en el principal enclave imperial del mundo durante años.
En la búsqueda de esos metales preciosos los españoles comenzaron las excavaciones en esta zona del territorio oriental pero no se encontraron con mucho oro, sí con bastante cobre. Por lo tanto la mina se convirtió en un yacimiento de ese mineral.

Por razones lógicas el paseo guiado cuenta con dos recorridos. Por un lado un circuito exterior donde podemos conocer la casa de patrones (hecha de piedra y sin usar mortero), la usina, el denominado pozo Aguirre, la galería de los españoles, hornos y bocamina de galería principal.
Allí una de las guías nos cuenta sobre la historia del lugar, la historia de la mina y además de la abundante y diversa vegetación que está presente en todo el recorrido, mencionando en algunos casos las propiedades de algunas de ellas.

En parte del primer recorrido se le indica a los visitantes los distintos minerales que fueron descubriendo a lo largo de la explotación minera, como también los distintos procedimientos de extracción y fundición.
Además se hace referencia a los millones de años de formación de nuestro suelo y subsuelo, que es un instante imperdible para todo amante de la geología.
Sin dudas que el punto más alto de la visita tiene que ver con el segundo recorrido, que es el interno, el momento de adentrarse en la piedra.

Previo al ingreso a la mina llegamos a un lugar donde las guías nos brindaron botas de lluvia (algunos visitantes habían llevado las propias), cascos y linternas.
En el pasaje interior nos encontramos con mucho barro, mucha agua y desniveles en el suelo. En algunos tramos cortitos la altura tal vez sea de un metro y medio y para aquellos que son más altos y corpulentos los cascos son de gran ayuda. Además la oscuridad es total y las linternas son las únicas fuentes de luz, salvo en algún pasaje como se ve en la foto más arriba.

Si no fuera por las linternas el eco de la oscuridad no tendría fin. Luego de estar abandonada durante muchos años (se abrió al público en el 2009) la naturaleza se encargó de hacer su parte, como siempre que se lo permite.
La galería subterránea cuenta con agua y estalactitas diversas. Las estalactitas (para quienes leyeron el libro La Espada de Elohim, Latidos del Fuego de R. S. Klane tendrán presente la cueva de Keme) son formaciones calcáreas alargadas y puntiagudas que se encuentran en los techos de algunas galerías subterráneas, formadas por las gotas de agua y los depósitos minerales del lugar. En este caso predomina el sulfato de cobre.
En algunas cuevas del mundo se forman estalactitas y estalagmitas. Las estalagmitas, a diferencia de las estalactitas que se ubican en el techo de la cueva, se originan en el suelo. En ciertos lugares se forman columnas cuando ambas se tocan.
En el caso de la Mina La Oriental podemos apreciar y maravillarnos con las estalactitas debido a un proceso denominado precipitación química, gracias a la precipitación de minerales que se van disolviendo en el agua.

Pero está precipitación química no es lo único que abunda en el lugar. Además del agua y la oscuridad somos visitantes para el mundo de los murciélagos, que cada tanto aletean sorprendidos por la luz.
Para ellos somos intrusos en el lugar. En este caso el espacio es estrecho (se camina en fila) y es diferente para aquellos que conocieron la Gruta Colón en el Cerro Arequita, donde existe una cámara amplia para ver a los murciélagos colgando del techo. Es decir, comparativamente no se ve mucha cantidad de murciélagos así que aquellos que sientan temor de estos animales pueden concurrir sin grandes sobresaltos.
En el trayecto el espacio se achica, el frío se siente más (llevar abrigo) y alguno se puede sentir un poquito incómodo con la estrechez. Lo decimos para que aquellos que sufran de claustrofobia o de sofocos en espacios cerrados lo tengan en cuenta.
El final del recorrido interior nos deposita en una cámara increíble, como podremos ver en el siguiente vídeo de apenas 15 segundos. Es alucinante ver el agua caer mientras se disfruta del colorido de la formación rocosa.
Tras ver esa maravilla de la naturaleza volvemos sobre nuestros pasos.
El recorrido interior aproximadamente dura entre 50 minutos y 1 hora. Es muy disfrutable porque estamos ante una experiencia inédita, totalmente nueva.
Salimos del túnel y luego cruzamos un pequeño arroyo que nos lleva a otra de las construcciones de la mina.
Tras ese recorrido volvimos a la casa principal donde fuimos invitados con un té de cedrón riquísimo. La idea original era reunirnos en torno a un fogón cercano a un árbol de coronilla pero la lluvia no lo permitió.
Tras compartir un rato muy ameno entre todos los que participamos de la visita llegó el turno de despedirnos y agradecer por una tarde realmente especial.
Visitar la Mina La Oriental es conocer un mundo totalmente desconocido para nosotros y que sin dudas invitamos a todos a sorprenderse!