Museo Marítimo de la calle Amazonas. ¿Te acordás?

Museo del Mar de la calle Amazonas
Museo del Mar de la calle Amazonas

El Museo Marítimo de la calle Amazonas fue un espacio singular de nuestro barrio. En la octava edición de la Revista del Municipio E se realiza una nota al respecto. Aquí la compartimos!

La nota sobre el Museo Marítimo de la calle Amazonas se denomina Del Mar y Naufragios y fue escrita por Héctor «Tito» López y Víctor Bariani. La pueden encontrar en la página 14 de la Revista del Municipio E. Como es un testimonio precioso para los vecinos de Malvín nos tomamos el atrevimiento de reproducirlo en nuestro portal.

«Seguramente a quienes no son vecinos cercanos y memoriosos, les resulte llamativa la presencia de una estructura metálica, que descansa en la acera frente al N°1525 de la calle Amazonas.

No es precisamente una obra de arte, pero sí oficia de recuerdo de dos disímiles naufragios, unidos por el mar. Uno de ellos trágico, con pérdidas de muchas vidas, ocurrido el 24 de agosto de 1909 y el otro un naufragio cultural, como lo fue la desaparición del Museo Marítimo y Ecológico de Malvín.

Precisamente la estructura de hierro mencionada, era parte de la máquina del vapor “Colombia”, hundido en un accidente, pertenecía al acervo del museo desaparecido.

Actualmente esta pieza es lo único visible que permanece y recuerda la existencia del museo.

Recordemos brevemente la lejana tragedia del vapor Colombia

Amanecía el martes 24 de agosto de 1909 y la mañana fría y gris no armonizaba con la fiesta que Montevideo, se aprestaba a celebrar ese día y el siguiente, por el 84 aniversario de la Declaratoria de la Florida. Para ello, el gobierno de la época, presidido por Claudio Williman, había preparado varios actos públicos, entre ellos la inauguración del Puerto de Montevideo, cuya piedra fundamental había sido colocada hacía ocho años.

Ya habían llegado cientos de visitantes argentinos, para sumarse a los festejos y participar del acontecimiento. Lo habían hecho en los diversos barcos que diariamente, cumplían la travesía Montevideo – Buenos Aires. Algunos en el viejo y lento “Eolo”, impulsado por sus gigantescas paletas laterales y otros en el más rápido “Colombia”, con sus 254 pies de eslora (76 metros aproximadamente) y 1.200 toneladas de desplazamiento.

Ese martes el “Colombia” era esperado sobre las 7 de la mañana, sin embargo, hacia las 6.45 hs., mientras entraba al puerto, fue embestido por el vapor alemán “Shelesien”, por el costado de babor, entre la chimenea y el palo trinquete, con tanta violencia que lo cortó hasta la mitad de la manga. El “Colombia”, comenzó a inundarse por el enorme boquete abierto y en menos de diez minutos desapareció de la superficie, quedando visibles los dos mástiles y la chimenea. En ese breve lapso no hubo tiempo de hacer casi nada. Por más que salieron de inmediato botes y embarcaciones del puerto y lograran salvar a muchos náufragos, se perdieron más de cien vidas.

El Presidente Williman dispuso la suspensión de los festejos programados para ese día y el 25, realizándose recién el domingo 29 la inauguración del puerto que tan trágicamente se abría al tráfico marítimo.

La violencia de la colisión que sufrió el “Colombia”, lo patentiza el trozo de cigüeñal expuesto en la acera, donde se aprecia la biela partida y retorcida por el impacto del “Shelesien”.

El Museo

El Museo Marítimo de Malvín fue creado por el marino mercante Omar Medina Soca en 1987 y contenía una colección de documentos, uniformes, artefactos e historial marino muy completo, su creador, pasó 45 años navegando en 38 barcos de 8 naciones.

«Di la vuelta al mundo seis veces y llegué a 356 puertos», afirmaba con orgullo. El Museo estaba distribuido en siete salas cuyos nombres homenajeaban a diferentes personalidades del mundo marino.

La Sala 1 – Biblioteca Histórica Martinez Moreno: poseía 500 libros con memorias de capitanes, estudios de 1400 siniestros registrados en el Río de la Plata y copiosa literatura sobre el Graf Spee.

Sala 2 – Admiral Graf Spee Hans Wilhelm Langsdorff: en ella se encontraban uniformes y equipos usados por sus tripulantes, maquetas del Graf Spee, Ajax, Achilles y Exeter.

Sala 3 – Navegación a vela Raúl Maya: aquí se exhibían Timones de galeones, grandes campanas de bronce de 1848, antiguas brújulas, mensajes de náufragos.

Sala 4 – Comunicación y Seguridad Don Antoni Lussich: exponía Instrumentos de seguridad usados en la Segunda Guerra Mundial en mercantes y submarinos.

Sala 5 – Capitán de salvamentos Don Francisco Castagnola: poseía la primera bandera Uruguaya en dar la vuelta al mundo, en barco mercante nacional. Una caja flotante de emergencia para náufragos, el sextante quemado del Royston Range, la brújula del bote salvavidas del vapor Maldonado, torpedeado y hundido en 1942.

Sala 6 – Biología Marina Dr. Víctor Bertullo: mostraba piezas de restos fosilizados de animales extinguidos y una colección de caracoles.

Sala 7 – Taller de Ecología (ex Modelismo Naval) Dr. Rodolfo Tálice: réplicas de barcos veleros y máquinas. Equipamiento usado en mercantes durante la segunda guerra mundial. En cuanto a ecología, se exponían materiales corrosivos, cancerígenos, tóxicos contaminantes, radiactivos.

El Museo en un patio interior, tenía una sección llamada Área Verde, donde se descontaminaban y curaban animales afectados.

Además de dedicar tiempo al museo, en el año 1992 preocupado por la matanza de lobos marinos, 4.000 y 5.000 que se efectuaban por esos años, recogió 20.000 firmas que llegadas al parlamento, lograron que el gobierno lo prohibiera por ley.

Medina también defendió la preservación ecológica de la Isla de las Gaviotas.

Toda la actividad referente al Museo, mantenimiento y crecimiento era esfuerzo personal, sin ayuda particular, ni oficial, aunque sí coordinaba tareas con institutos de educación.

Las embajadas Alemana, Holandesa y de Suecia colaboraron donando embarcaciones, motores y diversos materiales.

Aporte de material histórico: Web y Biblioteca Centro (Universidad ORT Uruguay)».

Sin dudas un material precioso para todos los malvinenses. Un enorme gracias a los autores por el trabajo y al Municipio E por compartirlo. Lamentablemente el Museo Marítimo cerró sus puertas, pero realmente el esfuerzo de Medina permanece en nuestra memoria.

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