Rafael Suárez: «las antenas 5G en Uruguay son potencialmente peligrosas»

El 24 de junio se llevará a cabo una concentración en la Plaza Independencia demandando la no instalación de la red 5G en nuestro país. Al respecto, entrevistamos al profesor Rafael Suárez quien sostiene que «las antenas 5G en Uruguay son potencialmente peligrosas».
El Profesor Rafael Suárez es uno de los fundadores de este portal. Desde hace años que viene informándose acerca de la radiación electromagnética y sus efectos en la salud. Al ser un hombre de la casa no podíamos dejar pasar la oportunidad para entrevistarlo. El próximo 24 de junio se celebra en todo el mundo el Día Internacional contra la contaminación Electromagnética y en Uruguay diversos grupos se concentrarán en la Plaza Independencia a partir de las 14 horas demandando la detención de la red 5G. Según nuestro entrevistado, tenemos que considerar que «las antenas 5G en Uruguay son potencialmente peligrosas».
Vale aclarar que el Profesor Rafael Suárez no forma parte de la organización del evento ni sus palabras representan a ningún grupo ni organización. Solamente lo entrevistamos siendo conscientes que desde hace mucho tiempo se viene informando acerca del tema.
¿Desde cuándo comenzaste a informarte de la radiación electromagnética?
Desde el fallecimiento de mi madre. En marzo del 2015 mi madre estaba bien y en abril falleció producto de un tumor cerebral, un glioma de alto grado. Hablando con el neurocirujano que la operó me comentó que a él le preocupaban los celulares y el wifi y desde ese entonces empecé a investigar. Mi madre tenía la particularidad que hablaba dos o tres horas por día por teléfono inalámbrico, el cual emite también un tipo de radiación.
Vamos por partes para ir entendiendo. ¿Existe más de un tipo de radiación?
Sí. Dentro de la radiación artificial tenemos dos grandes tipos, la radiación ionizante y la radiación no ionizante. La radiación ionizante es la de frecuencia más alta, por ejemplo los rayos X. Este tipo de radiación es altamente cancerígena, por eso no podemos sacarnos radiografías todo el tiempo o las embarazadas deben estar lejos cuando se toman. Desde el punto de vista técnico esta radiación es capaz de arrancar electrones de los átomos. Esto no ocurre con la radiación no ionizante o también llamada de baja frecuencia, como por ejemplo la emitida por los celulares, computadoras, televisores, radios, microondas y cualquier electrodoméstico.
¿O sea que la radiación no ionizante no arranca electrones del átomo y es menos peligrosa?
Exacto, pero cuidado, porque en el mediano y largo plazo sí puede ser muy peligrosa. De hecho en el 2011 la Organización Mundial de la Salud ubicó a este tipo de radiación en la categoría 2B. En esta categoría entra todo lo que sea posiblemente cancerígeno. En ese entonces había tenido mucha repercusión un estudio realizado en Francia donde se constató que una persona que hablara media hora todos los días por celular durante 10 años tendría un 40 % más de chances de contraer un tumor cerebral. También existen investigaciones con ratones que son contundentes. Además, más allá del tumor cerebral, que se daría en pocos casos, tenemos que tener presente otros síntomas provocados por este tipo de radiación: desde dolor de cabeza y oído, a elevación mínima de la temperatura, pasando por insomnio, y llegando a dificultades de aprendizaje, cáncer de oído, deficiencias inmunológicas, entre otros síntomas, dependiendo también de la sensibilidad de cada organismo.
Por lo que decís tenemos una exposición muy alta en la actualidad a este tipo de radiación.
Efectivamente. El rango de radiación de un celular encendido es de un metro por lo menos. Generalmente lo llevamos contra el cuerpo casi todo el día. Tengo alumnos que duermen con el celular debajo de la almohada y además con el wifi encendido. Por otra parte tenemos los centros educativos y las plazas públicas con wifi, los medios de transporte públicos también, las oficinas, todo está emitiendo radiación. Evidentemente en el corto plazo no es nociva para la salud, pero si vamos sumando año a año, no todos los organismos van a salir inmunes. Hay países que han tomado medidas importantes. Desde el 2007 en Alemania se recomienda no usar wifi en los colegios, al igual que en Austria. En Bélgica, desde el 2008, el Ministro Federal de Desarrollo Sostenible, Energía, Clima y la Protección de los Consumidores no autorizan los teléfonos móviles infantiles por principio de precaución. En Francia en las bibliotecas solamente existe acceso a internet por cable y se prohíbe el uso de celulares en centros de enseñanza para menores de 14 años, ya que su cráneo es más delgado. En Grecia, por ejemplo, no se pueden instalar antenas a menos de 300 metros de escuelas, jardines de infantes, hospitales y geriátricos. Pero más países han tomado medidas, como Nueva Zelanda, India, Irlanda, Canadá, Israel, Reino Unido, y varios más.
Pero la mayoría de los organismos oficiales y académicos dicen que no hay riesgo.
Bueno, es importante considerar las presiones económicas que tienen que ver con este tipo de tecnología. Estamos hablando de miles de millones de dólares. Sin embargo hay estudios y evidencias que indican el potencial riesgo para la salud. Por ejemplo, en abril de 2004 se hace público el estudio epidemiológico israelí realizado en la localidad de Netanya donde se llega a la conclusión de un incremento de la incidencia de cáncer en el perímetro de 350 metros de una antena de telefonía con 4,15 veces más casos de cáncer en su interior que en la población completa (hacer clic aquí para ver el estudio en idioma inglés). Solamente con eso tiene que bastar para tomar precauciones.

Ese estudio es del 2004, donde no existía la tecnología 5G.
Exacto. Siguiendo el razonamiento las antenas 5G en Uruguay son potencialmente peligrosas. Es importante tomar en cuenta que se necesitan instalar esas antenas cada 100 metros, ya que tienen un alcance menor que las 3 o 4G. Pero su velocidad es muy superior. La gran ventaja de esta nueva tecnología es su velocidad y precisión. Pero esa ventaja se diluye con los posibles efectos nocivos para nuestra salud. La tecnología 4G utiliza ondas menores a 6 GHz. Mientras tanto la red 5G se mueve en un rango entre 25 y 300 GHz. Y todo eso impacta en todos los organismos vivos, incluido nosotros.
Según la URSEC la tecnología 5G no es dañina ya que se mueve en un rango muy inferior a lo sugerido por los organismos internacionales.
La red 5G ya lleva un año en Uruguay. Somos el primer país de América Latina en comenzar su implementación. Hay antenas en Maldonado, Montevideo y Colonia utilizando una banda de 28 GHz (recordemos que la 4G es menor a 6 GHz) en base a tecnología de la empresa Nokia. Es cierto lo que dice la URSEC que estamos por debajo de los límites establecidos a nivel internacional, pero vale aclarar que son los mismos operadores móviles los que hacen los reportes y presionan a todo nivel para que esos rangos se ajusten a sus pretensiones. Lo importante aquí es que todos los estándares se basan en la temperatura corporal, cuánto aumenta al usarla, pero no se toman en cuenta los efectos biológicos. No en vano más de 250 científicos de 40 países diferentes le están pidiendo a la ONU que detenga la implementación de esta tecnología. Sin dudas que algo hay y se necesitan investigaciones independientes y no financiadas por los operadores móviles como viene ocurriendo.
¿La idea es frenar hasta que se estudie?
Sin dudas. Como es el caso de Suiza, donde se frenó la instalación de la red 5G hasta que se demuestre su inocuidad. Aquí en Uruguay deberíamos transitar por ese camino. Nadie se opondría a una tecnología que no tenga impacto en la salud. Pero en este caso existe un riesgo potencial y sería importante para todos que se lleven a cabo investigaciones independientes, incluso en Uruguay. Es una linda oportunidad para que la Universidad de la República y el Instituto Pasteur puedan llevar a cabo una investigación independiente en pos de la salud de todos los uruguayos. Además tenemos que tener presente el aspecto económico. Según cifras manejadas por Antel se necesitan 100 millones de dólares para instalar 5G en todo el país. Eso es dinero de todos nosotros. ¿Se está dispuesto a invertir ese dinero en una tecnología potencialmente dañina sin que existan estudios contundentes? Me parece un contrasentido.