Silencio Roto: libro sobre los Fusilados de Soca en 1974
Los Fusilados de Soca en 1974 fue un acontecimiento terrible en nuestro país cuando uno cobra consciencia de su verdadera dimensión. Ese hecho dejó en evidencia la aplicación del Plan Cóndor en los años de la dictadura, de la tortura y de ejecuciones fuera de la ley
En nuestra sección de libros recomendados hoy queremos compartir con nuestros lectores la reseña de Silencio Roto, publicado por la Editorial Fin de Siglo. Una mirada esclarecedora de lo que sucedió con los Fusilados de Soca en 1974.
Cuando uno viene por la ruta interbalnearia desde el este puede ver un cartel a la derecha indicador sobre el Memorial de los Fusilados de Soca, ubicado en Camino de los Fusilados (ex Ruta 70) a 300 metros de la intersección con la Ruta 9, inaugurado en 2008 a iniciativa de expresos políticos y vecinos del lugar.
De hecho el pasado mes de diciembre, el Memorial fue declarado Sitio de Memoria por parte de la Comisión Nacional Honoraria.

El 20 de diciembre de 1974 aparecieron cinco cuerpos tendidos al costado de la ruta 70 en la localidad de Soca. Habían sido acribillados. Los ojos vendados y las manos atadas en la espalda. Cubiertos de quemaduras. Torturados. Destrozados. Una de las asesinadas estaba tendida toda desnuda, de espaldas. Otra de ellas, cursando un embarazo de cuatro meses.
María de los Ángeles, Héctor Daniel, Graciela, Floreal y Mirtha Yolanda eran sus nombres. Tenían entre 26 y 34 años. Militaban en el MLN-Tupamaros. María estaba embarazada. Floreal (quien había obtenido la medalla de oro en boxeo en el Panamericano de San Pablo) y Mirtha tenían un hijo de tres años, Amaral, que fue secuestrado con ellos.
El 8 de noviembre de 1974 estaban celebrando un cumpleaños en Argentina cuando fueron rodeados y apresados, lo que dejaba en evidencia la coordinación entre las fuerzas militares de Uruguay y de Argentina. En ese día comenzó el recorrido de la tortura durante el cual pasaron por varios centros de detención. Finalmente, fueron traídos ilegalmente a Uruguay en el denominado vuelo cero. El Plan Cóndor comenzaba a ver la luz y a oscurecer a cientos de personas.
En Uruguay permanecieron cerca de nuestro barrio, en la denominada Casona de Punta Gorda o también conocida como Infierno Chico o 300 Carlos R, a pocos metros de lo que fue el Hotel Oceanía cerca de la Plaza Virgilio. De hecho cuando uno camina a esa altura de la rambla puede ver frente a la casa, en el piso, una plaqueta recordatoria del lugar.
El libro, que es importante señalar que presenta una mirada de familiares y amigos, intenta rescatar la memoria de aquel triste acontecimiento. Es un libro testimonial, breve, potente en su contenido, removedor para el lector que no tiene noción del tema y desea saber. No es un libro novelado al estilo de La Redención de Pascasio Báez o con miradas desde lados opuestos como Milicos y Tupas, pero tiene la capacidad de brindar una visión de los hechos y del dolor que aún perdura en sus seres queridos.
Vale la pena leerlo!