Nos fuimos de visita a los Pozos Azules en el Cerro de las Ánimas!
El último día de la Semana de Turismo nos fuimos de visita a los Pozos Azules en el Cerro de las Ánimas, en Maldonado. Si bien fue una semana de poca lluvia y los «pozos» no tenían mucha agua, es un paseo hermoso para hacer en familia. Aquí te contamos nuestras impresiones!
El Cerro de las Ánimas tiene dos grandes atractivos o recorridos. En la Semana de Turismo decidimos hacer los dos. El martes nos fuimos a la cima del Cerro para apreciar vistas magníficas de nuestro país. Por su parte el domingo aprovechamos para hacer la visita a los Pozos Azules, o como debería denominarse, el Cañadón de los Espejos.
Cuando contamos nuestra experiencia del ascenso del Cerro, mencionamos varios datos y características interesantes, como su altura o el origen de su nombre. Lo que no sabíamos era que el cerro está dividido en propiedades privadas. Algunos tramos están abiertos al público y otros no, dependiendo del propietario. Por eso muchas veces se puede confundir la denominación Pozos Azules, ya que en realidad no es la correcta para el paseo que realizamos.
En el cerro existen una serie de piscinas naturales, con aguas provenientes de las lluvias y que circulan por una quebrada. Se dice que en total son ocho y están separadas por propietarios diferentes. Cuando se hace la visita a los Pozos Azules se debe saber que el trayecto original fue cerrado hace 12 años y ahora el recorrido es otro y permite llegar a tres de las ocho piscinas naturales ubicadas en el cerro. En este caso visitamos la que se conoce como el Cañadón de los Espejos, ya que, como señalamos, no todas las «piscinas» están habilitadas para el ingreso al público.
Luego de nuestro ascenso al cerro del día martes, nos entusiasmamos para ir de visita a los Pozos Azules. Fuimos el domingo de Pascua. Es importante señalar que si bien son dos circuitos diferentes, se pueden recorrer el mismo día, pero para ello hay que llegar antes de las 10 al lugar ya que en total son como siete horas de caminata. Nosotros decidimos hacer los dos circuitos por separado y para eso llegando antes de las 14 horas se hace sin problemas. El martes decenas de personas se hicieron presentes para visitar el lugar y curiosamente el domingo había poca gente. La encargada nos dijo que era normal en Semana de Turismo.
Información a considerar para la visita a los Pozos Azules
Los Pozos Azules se ubican en una propiedad privada, por lo tanto es importante conocer los requisitos de ingreso para poder disfrutar de un paseo muy bello.
En este caso vamos a repetir parte de la información brindada cuando compartimos nuestro ascenso al cerro.
En Semana de Turismo se abre todos los días. Sin embargo es importante saber que el ingreso al cerro se realiza los fines de semanas y dependiendo del estado del tiempo.
Lo primero que hay que hacer antes de ir es enviar un mensaje de texto whatsapp al siguiente número (094 41 98 91).
En breve llega la respuesta de la encargada del lugar comunicando si abre o no al otro día o en ese día y con todos los requisitos necesarios para ingresar.
Realmente se cumplen los requisitos estrictamente. Cuando nosotros fuimos el martes hubo gente que no pudo hacer el paseo por no llevar medias en los pies. Por su parte el domingo una pareja casi no entra por no tener un calzado con suela gruesa (es muy importante cumplir esto: uno de nosotros se clavó una espina que era casi como un clavo, con suela fina hubiéramos pasado un mal momento). Así que para evitarse un instante desagradable conviene llevar todo lo que se exige. Incluso se toman el trabajo de revisar cada una de las mochilas, lo cual puede resultar incómodo y hace falta ser paciente.
¿Cuáles son los requisitos obligatorios para poder visitar a los Pozos Azules?
- Calzado deportivo cerrado con medias (mejor suela gruesa por lo que señalamos más arriba). Esta medida se aplica a causa de espinas, piedras y llagas.
- Agua 1,5 lt por persona, incluso niños. No sustituible por cualquier otra bebida ni hielo. En botella comercial o contenedor con medida a la vista. Si cada persona que pretende ingresar no tiene un litro y medio de agua, no entra. A veces tienen agua para la venta en la cabaña base, pero no siempre.
- Mochila (ningún otro tipo de bolso) para equilibrar peso y tener las manos libres en tropiezos.
- Bolsita para tu basura.
También es importante llevar repelente y por supuesto, ropa para bañarse en caso de ir en un día de calor. Hay que tener cuidado en ese sentido ya que las «piscinas» son de rocas y éstas se encuentran muy resbalosas. Además, como es de esperar, las aguas son frías, casi heladas!
Nosotros fuimos el último domingo de Semana de Turismo. Partimos a las 11 y 30 de la mañana de Montevideo llevando todo lo solicitado por whatsapp. La última hora de ingreso al lugar es la 14. En verano se abre a las 9 (en invierno a las 10) y se puede permanecer hasta que empieza a ocultarse el sol. Llegamos cerca de las 13:30 ya que antes fuimos al Cerro Pan de Azúcar para ir al baño (en el Cerro de las Ánimas no hay ese servicio, así que en caso de tener ganas hay que ir atrás de un árbol), abrimos la tranquera que está sobre la ruta y avanzamos unos 300 metros hacia la cabaña base.
A diferencia del martes no había mucha gente así que no demoramos en ingresar. La encargada comienza a revisar que todos los requisitos se hayan cumplido. Como dijimos antes una pareja casi no entra por no llevar suela gruesa. La encargada revisa todas las mochilas. Una vez que se controló a todos nos hace llenar un formulario con datos personales (nombre, teléfono, matrícula del auto, documento) y nos cobra la tarifa de ingreso (150 pesos por persona -un poco más de 5 dólares-). Además en este momento se le comunica a la mujer responsable qué recorrido se piensa hacer, si subir el cerro o la visita a los Pozos Azules.
Tras el registro y el pago, la encargada del lugar brinda una charla general para todos los visitantes y luego otra para los adultos responsables. En la charla general se remarca la necesidad de cuidar la naturaleza y no dejar residuos que dañen y no molestar a los animales que puedan aparecer, así como aspectos de seguridad básica.
En la charla más específica se entrega una fotocopia con planos del lugar e información necesaria para no perderse y conocer el lugar donde estamos. Primero explica el recorrido para ascender al cerro y luego el trayecto para la visita a los Pozos Azules.
Luego de todo eso, necesario (nosotros nos perdimos por no prestar atención adecuadamente) pero algo extenso, podemos comenzar con nuestro paseo.
El recorrido no es complicado como en el Cerro Pan de Azúcar. Si bien tiene algunos tramos rocosos y partes empinadas, el trayecto no presenta gran dificultad y todos pueden disfrutar de la caminata.
Desde la cabaña hasta el Cañadón de los Espejos tenemos más de una hora y media para una persona que le guste caminar. Para lo menos preparados los tiempos se estiran, a dos horas o un poco más. El cansancio se siente.
El recorrido tiene dos tramos diferenciados. El primer tramo es el camino que recorren todos los visitantes, o para ir a la cima del cerro o para la visita a los Pozos Azules. A diferencia del ascenso al cerro, todo el trayecto se hace bajo sombra, ya que caminamos en medio de galerías de árboles.
El camino en común de ambos destinos presenta una bifurcación a la media hora de caminata o tal vez un poco menos. Allí los que van hacia la cima del cerro para apreciar de las vistas más lindas de nuestro país, deben seguir de largo. Por su parte los que han decidido concurrir al Cañadón de los Espejos debe doblar hacia la derecha.
El lugar no está señalizado. La encargada del lugar argumentó que no hay marcas para seguir debido a que los cazadores furtivos las mueven a propósito para que la gente se pierda. De todas formas si bien es un argumento válido se podría utilizar el mismo sistema que en el Cerro Pan de Azúcar, donde en algunas rocas inamovibles hay flechas amarillas pintadas.
Lo único claro es que cuando uno llega al lugar donde doblar se ve sin problemas un sendero que va hacia la derecha y hacia abajo (no por mucho tiempo).
De allí en más son unos 45 minutos más para llegar a las piscinas. Primero lo que vamos a ver es un arroyo a nuestra derecha, el cual nos sirve como guía. Hay senderos que cruzan por el camino principal, pero no debemos seguir por ellos ya que nos podemos perder. El camino principal se puede seguir sin problemas, tiene leves subidas y bajadas y al rato podemos, como dijimos, ver el arroyo a nuestra derecha. En este caso más que un arroyo vimos muchas rocas húmedas, ya que al estar en período de sequía poca agua había en la zona.
Hasta ese momento no habíamos comido porque fuimos con la idea de bañarnos. Pero algunos del grupo ya tenían hambre y estaban cansados. Al rato llegamos a las primeras «piscinas» chicas y luego a una de las tres piscinas grandes, donde allí nos cortó el paso una piedra de casi 10 metros. Ese paraje es precioso y disfrutable para hacer una parada, descansar, apreciar y por qué no, bañarse! Si bien casi no había agua uno podría refrescarse un rato en el lugar. Nosotros no lo hicimos porque pensábamos hacerlo en la tercera piscina, que según la encargada, es la que recibe la luz del sol todo el día y por lo tanto la temperatura podría ser más agradable. Así que decidimos esperar para comer. En ese momento estábamos aproximadamente en las 15 horas.
Era el momento de seguir la visita a los Pozos Azules que nos faltaban. Allí las indicaciones eran claras, ir hacia atrás unos 30 metros, cruzar el arroyo a la altura de un árbol caído y luego tomar un sendero hacia la izquierda. Sin embargo, por no haber prestado atención correctamente cuando se brindó la charla, al ver el mapa pensamos que había que tomar el sendero de la derecha para ir a la tercera piscina. Al cruzar el arroyito aparecen tres senderos. Allí hay que tomar el de la izquierda y seguir caminando por un trayecto bastante empinado.
Como dijimos tomamos el sendero de la derecha. Y nos perdimos!!! Pensando en llegar a la tercera piscina caminamos una hora y media de más! Lo curioso es que hay un sendero claro para seguir y parecía que íbamos por buen camino, pero tras pasar los minutos no llegábamos a destino. Así que al cabo de un rato decidimos volver hacia atrás y regresamos a la primera piscina, cansados, con hambre y hasta frustrados por caminar tanto.
Llegamos a la primera piscina cerca de las 16:30. Así que cambiamos los planes. Decidimos comer y no bañarnos. Todavía teníamos una hora y media más para el regreso. Se hacía tarde. Uno de nosotros decidió ir al baño y para alejarse tomó el sendero de la izquierda. El recorrido es empinado y cuesta un poquito subirlo, pero al hacerlo, nos dimos cuenta del error que habíamos cometido! Al subir el paisaje se vuelve más hermoso y aparece la segunda piscina, que en días de lluvia presenta una hermosa cascada y abundante agua. En nuestro caso caía agua como en una ducha, pero no más. De todas formas la vista era hermosa.
Uno llega con la ilusión de ver agua abundante y cascadas asombrosas. Pero para eso hay que esperar que llueva dos o tres días. Aquí te dejamos una foto para que compares!
Realmente al seguir subiendo por el sendero de la izquierda el espectáculo de la naturaleza es una belleza. Si no nos hubiéramos perdido podríamos haber disfrutado de un paraje hermoso.
Pero ya cansados decidimos comenzar con el regreso. Dejamos el baño para otra oportunidad. Así que tendremos que volver pronto y en este caso estaremos atentos a los pronósticos del tiempo. Sin dudas nuestra próxima visita a los Pozos Azules será tras alguna lluvia intensa.
Al regresar demoramos casi una hora y media. A eso de las 18 horas llegamos a la cabaña base, con las piernas cansadas y hasta parando algún instante para ir al baño tras los árboles. Quizás para alguno de nosotros la visita a los Pozos Azules no colmó las expectativas, ya que fuimos con la ilusión de ver más agua y más cristalina.
De todas formas la visita a los Pozos Azules vale la pena si uno sigue el camino correcto. Los lugares de las piscinas y de las cascadas son muy bellos y nos queda el bichito picando de volver tras alguna lluvia intensa. Además, cuando uno va en familia comparte situaciones diferentes y divertidas.
Vale la pena!!!